El relato del viernes: «El libro de tus sueños (III)»

EL LIBRO DE TUS SUEÑOS

 

El libro de tus sueños (I)      El libro de tus sueños (II)

 

EL LIBRO DE TUS SUEÑOS (III)

Cuando, al fin, terminó aquel interminable día, Dani regresó a casa con una extraña sensación en el estómago. Era una mezcla de intriga, ilusión y miedo que le hizo dar incluso un rodeo para alargar el camino de vuelta, después de las increíbles ganas que había tenido durante toda la jornada por regresar.

Fue directo a su habitación y cerró la puerta con cuidado. Todo parecía estar en orden. No había ningún paquete misterioso sobre la mesa ni en el suelo y el cajón donde había escondido el libro se encontraba cerrado, tal y como lo había dejado por la mañana. De manera inconsciente, emitió un suspiro de alivio apoyado contra la puerta, que fue sustituido casi de inmediato por el ya conocido hormigueo en el estómago provocado por el temor que le infundía tomar de nuevo el libro entre sus manos. En el fondo, una parte del él deseaba encontrar el cajón vacío. Armándose de valor, recorrió con lentitud el escaso metro que le separaba de la cajonera y, con mano temblorosa, abrió el primer cajón. Allí estaba, enigmático, el libro, en la misma posición en que lo dejó. Lo tomó entre sus manos y lo abrió por la primera página.

Ante sus ojos volvió a mostrarse el sueño que había vivido aquella noche, con todo lujo de detalles, fantásticas ilustraciones y una preciosa caligrafía. Las letras inundaban las páginas junto con las imágenes y algo en su interior despertó en él una imperiosa necesidad de leer aquellas maravillosas letras que parecían atraerle como si estuvieran imantadas. Durante una hora, más o menos, Dani estuvo sumergido en la lectura de la apasionante historia de su sueño.

A la mañana siguiente, tras otra apacible noche en la que pudo vivir las aventuras escalando la cima de una alta montaña, lo primero que hizo Dani fue ir en busca del libro para saber si aquel sueño también se encontraba plasmado entre sus páginas. Ahora la nueva historia estaba narrada junto a la anterior y su rostro volvía a aparecer en las magníficas ilustraciones que la acompañaban. Despejados ya todos los miedos, Dani fue aquel día con ilusión al colegio, deseando regresar a casa para leer aquel fabuloso cuento que había surgido de su imaginación.

Desde aquel día, siempre se podía ver a Dani con aquel gran libro entre las manos, leyendo con avidez como no lo había hecho nunca antes. Pero no solo era el libro de sus sueños el que devoraban sus pequeños ojos lectores, sino que disfrutaba de la lectura de todos los libros que una vez habían permanecido aburridos y olvidados en la estantería. Fue la tableta la que quedó arrinconada en un extremo de la mesa de Dani, apagada y sola.

El día que Dani terminó de leer el último de los libros que había en su estantería coincidió con la última página del libro de sus sueños. A partir de aquel momento, la biblioteca pasó a ser el lugar favorito del niño, santuario por el que siempre pasaba cuando iba de camino a casa desde el colegio y salía cargado con el máximo número de libros que le permitían tomar en préstamo. En un par de días los había terminado todos. El gran libro de sus sueños ocupó desde entonces un lugar de honor en la preciosa estantería de Dani. Había cumplido a la perfección con su misión, despertar la pasión del niño por la lectura.

Sus padres, cómplices, se sonreían el uno al otro cada vez que lo veían con un libro entre las manos.

Ana Centellas. Agosto 2018. Derechos registrados.

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El libro de tus sueños by Ana Centellas is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

*Imagen tomada de la red (editada)

226. CALM

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Publicado por Ana Centellas

Porque nunca es tarde para perseguir tus sueños y jamás hay que renunciar a ellos. Financiera de profesión, escritora de vocación. Aprendiendo a escribir, aprendiendo a vivir.

10 comentarios sobre “El relato del viernes: «El libro de tus sueños (III)»

  1. Aunque la tecnología invade nuestro planeta por todas partes, no hay que dejar arrinconado aquello a lo que puede llegar a considerarse (y es considerado) «anticuado». No dejáis que las hojas de papel envejezcan y se desintegren. Hay cosas que un ordenador, una «tablet» o un móvil de pantalla táctil no llega a contener, aunque ello pueda significar y significa menos árboles que talar para hacer cuadernos (y el hallazgo de series y filmes que jamás editarán, lo cual es una mala faena).
    Echadles el ojo a los formatos de toda la vida (una enciclopedia olvidada, un librito de cuentos, una obra de teatro del siglo XVII…), pues hay millones de cosas que han de ser transmitidas para educar, cultivar más el saber y llenar de ilusión a todas esas personas que ven el mundo gris.
    Además, muchos libros de ahora son exclusivamente para llevarse fama y dinero. Hay autores que les traen sin cuidado si sus tramas resultan tediosas, demasiado descriptivas o carentes de lo que se les promete a los lectores en los días en que se anuncia una nueva obra.

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  2. Desempolvando emails (como te comenté en Londres), llego recién al final de este gran cuento. Mis sobrinos estarían encantados de leer esta historia 🙂
    Tiene un gran mensaje detrás, que seguramente la mayoría de nosotros apoyamos y aplaudimos.
    Abrazossss

    Le gusta a 1 persona

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