Revista Intropia Nº 21 – Septiembre 2018

 

INTROPIA 21 - SEPTIEMBRE 2018

Como en meses anteriores, os traigo el nuevo número de la revista Intropia nº 21, correspondiente al mes de septiembre. Como siempre, tras la mano de la genial Isabel di Vinci, sale a la luz un nuevo ejemplar de la revista con unos muy interesantes contenidos y un diseño espectacular. Podéis acceder al contenido de la revista en este enlace.

Y para no perder la costumbre, os traigo hasta aquí mi colaboración, que espero que os guste.

CUANDO SEPTIEMBRE SE VISTE DE AGOSTO

CUANDO SEPTIEMBRE SE VISTE DE AGOSTO

Los recuerdos del recién acabado verano se agolpaban en la mente de Lucía, mientras corrían los días en aquel insulso mes de septiembre. Era un mes que siempre había aborrecido. Su sola presencia en el calendario le hacía sumirse en una profunda apatía que arrastraba consigo durante treinta largos días. Para Lucía, el mes de septiembre siempre había sido una época en la que dejar correr los días, sin implicarse demasiado emocionalmente, hasta que hubiese transcurrido por completo.

Siempre aferrada a los recuerdos, eran su tabla de salvación, aunque, al mismo tiempo, se convertían en una lenta agonía que hacía que los días de septiembre pasaran cada vez más lentos pensando en los tiempos vividos que ya se perdieron. La añoranza se instalaba en ella hasta el punto de pasar llorando la gran parte de las mañanas del mes de septiembre, reviviendo día a día las maravillosas vivencias del mes anterior.

Atrás quedaron los días de playa, de sol intenso, de bronceados espectaculares. Su piel iba iniciando poco a poco una decadencia tan sutil como devastadora. Su ánimo decaía en consonancia con el ritmo en que su piel iba perdiendo el bonito tono dorado y recuperaba su blancura nuclear inicial. Atrás quedaron los colores alegres de las casetas de playa, los vestidos estampados, los bikinis de llamativos colores que contrastaban con el bronceado de su piel. Retomó su gris rutina de tonos apagados y formales, los pantalones de pinzas, las faldas de tubo y los tacones interminables. De igual forma, su estado de ánimo fue pasando por todas las tonalidades del gris, hasta fundirse con un negro absoluto, en contraste con la blancura de su piel.

Atrás quedó él, con su sonrisa imperecedera, su cariño exorbitante, los besos a la luz de la luna y los atardeceres fundidos en abrazos interminables. Regresó a la soledad de su casa, a las ausencias insondables que la esperaban en su cama vacía, a los silencios impenetrables nada más traspasar el umbral. Septiembre avanzaba lento, con una ominosa parsimonia, cubriendo de grises silencios los maravillosos recuerdos vividos en el mes anterior.

Fue un día de septiembre cuando, al regresar con áspera tristeza a su casa vacía, apareció un arco iris inmenso frente a su portal, una sonrisa cargada de promesas y besos en la frente, abrazos de colores que se colaban en difusas ráfagas bajo la puerta de hierro gris. Allí estaba. Era él. Y septiembre se vistió de agosto y llenó su vida de brillantes colores.

Ana Centellas. Marzo 2018. Derechos registrados.

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Cuando septiembre se viste de agosto by Ana Centellas is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en
https://anacentellasg.wordpress.com

*Imagen: Pixabay.com (editada)

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Publicado por Ana Centellas

Porque nunca es tarde para perseguir tus sueños y jamás hay que renunciar a ellos. Financiera de profesión, escritora de vocación. Aprendiendo a escribir, aprendiendo a vivir.

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