
Mis fantasmas
Todos esos fantasmas que planean sobre mí todas las noches son las sombras de las dudas que me envuelven y me agitan por el día. Son cobardes, traicioneros, y aprovechan mi descanso para cernir sus espectros siempre que bajo la guardia.
Algunos llevan tu nombre. Otros, sin más, se pasean por mi cuarto vestidos de anonimato, creyendo que de esta forma no los voy a descubrir. Los más astutos van lentos, se ríen a carcajadas mientras les miro la cara sin saber si de algún modo yo les podría espantar. Otros, en cambio, van raudos y pasan sin detenerse, no vayan a ser reconocidos en algún extraño momento que tenga de lucidez. Y todos visten de oscuro, para perderse en las sombras y evitar al centinela que hace ya bastante tiempo coloqué en la entrada de mi guarida sin voz.
Piensan que les tengo miedo, que cuando cierro los ojos es para no verles el rostro o que en mi ingenua locura creyese que de este modo fuesen a desaparecer, como hacía cuando era niña y cubriendo mi cabeza lograba cerrar la puerta del armario donde alguno ya tenía su escondite.
Solo te daré un consejo, no intentes jamás detenerlos, que nunca han sido partidarios de aceptar ese tipo de intromisión. Son mis fantasmas. Nos entendemos. Ya lucho yo con ellos.
Ana Centellas. Marzo 2019. Derechos registrados.

*Imagen: Pixabay.com (editada)
Texto publicado en El Poder de las Letras
