
Lo que se llevó la brisa
Ahora que la brisa agita
el árbol bajo el que un día
confesamos nuestro amor,
siento que cada beso,
cada caricia a escondidas,
protegida por sus ramas
vuela sin rumbo fijo
liberándose de él.
Ya no quedan en sus hojas
los suspiros que lanzamos,
que dejamos escondidos
entre todo aquel ramaje
que fue el único testigo
de aquella inocencia perdida
bajo esa cobija eterna
hecha de hojas y estrellas.
Han volado con la brisa
hacia lejanos paisajes,
otros labios y otros rostros
que poder acariciar
dejando solo al recuerdo
de mi mente soñadora
los vestigios de unos tiempos
en que creímos amar.
Ni siquiera queda rastro
de la herida que le hicimos
al tatuar nuestros nombres,
que quedarían por siempre
unidos en un corazón.
También se han desvanecido,
cubiertos por la piel nueva
e ilusa de un nuevo amor.
Llévame contigo, brisa,
no me sueltes de la mano
hasta que juntos logremos
encontrar por el camino
aquel amor del pasado
que yo creía perenne
como las hojas del árbol
que con mimo me arrulló.
Solo quiero volar lejos
envuelto en abrazos tuyos
y rescatar del olvido
un amor que solo vive
en algún lugar recóndito
de mis recuerdos heridos.
Quiero volar hasta el beso
que bajo el árbol nos dimos.
Ana Centellas. Mayo 2019. Derechos registrados.

*Imagen: Pixabay.com (editada)

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Bonito!!
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Qué de bueno tu poema. Siempre será un jueves especial con tus versos.
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Muy bueno
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