
Mi mayor placer
Gruesas gotas de sudor me recorren el cuerpo ante el espectáculo que se está desarrollando ahora mismo delante de mí. Detrás de ellas, un cúmulo de sensaciones se agolpan sin pedir permiso y aún no tengo claro a cuál de ellas atender primero. Quizá a la más evidente, a la que tú misma podrías comprobar si dirigieses hacia mí tu mirada, estoy excitado. Pero no lo haces, tus ojos no desvían su atención hacia mí en ningún momento, y eso aumenta mi desconcierto. Por momentos, dudo de si lo que estoy experimentando son celos, rabia o una excitación aún mayor.
Ahora, por primera vez, soy fiel testigo de cómo otras manos recorren tu cuerpo, de cómo reaccionas ante otras caricias que no son las mías con una expresión de total satisfacción en tu rostro que incluso dudo haber visto alguna vez. Admiro desde la distancia tu entrega, tu total sumisión a un desconocido y, a cada instante, debo luchar contra el casi irreprimible impulso de abalanzarme sobre ti, arrebatarte de las manos ajenas y disfrutar de ti como no había hecho en la vida.
Pero debo controlarme, aceptar las condiciones y asumir que eres tú la que tienes el control. Es tu fantasía. Y mi mayor placer, cumplirla.
Ana Centellas. Enero 2019. Derechos registrados.

*Imagen: Pixabay.com (editada)
