
Al olivo
Cobijado muestra el fruto
que en busca de su mañana
ennegrece a cada paso
que la escarcha roba al tiempo.
Albas de frío y relente
soporta bajo sus ramas
y la vida se le enrosca,
desgastada,
en algún nudo del tronco.
Cuenta su historia a los surcos
que viven bajo su amparo
y guarda fiel el secreto
de la savia adormecida.
Se alimentaron de él
flagrantes adormideras,
vida en vida,
fuerza en bruto,
mil años a sus espaldas.
Orgulloso vierte el líquido
que le vuelve tan valioso,
oro en venas,
preciado óleo,
cual un diamante tallado.
Carga valiente en sus ramas
el respeto de los años,
sabio y anciano se yergue
hacia el cielo con las manos.
Ana Centellas. Diciembre 2019. Derechos registrados.

*Imagen: Pixabay.com (editada)

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