
Perdón
Quise pedirle perdón
al cielo
por todos los pecados cometidos
-y que seguiré cometiendo-.
Perdón
porque no supe quererme
como hubiese debido,
por lastimarme a sabiendas
para no herir a alguien más.
Perdón
por dejar que el ego
tome el control de mi vida,
por renegar de mi esencia,
por callar en un suspiro
lo que no supe expresar.
Perdón
por todos los miedos,
por la culpa,
por haber querido a veces
dar un fin irreversible
a lo que un día una madre
-la mía-
con tanto cariño crió.
Perdón porque mis pecados
fueron todos capitales,
soberbia, ira, avaricia,
pereza, envidia,
lujuria,
–¿seguro que es un pecado?-
y hasta por gula falté.
Quise pedir perdón al cielo,
a un ser supremo
o a Dios,
pero he sido tan pagana
-y lo seguiré siendo-
que solo pude pedirme perdón
a mí misma.
Satis est.
Más que suficiente.
Ana Centellas. Enero 2021. Derechos registrados.


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