
Sabor caramelo
Llevaba el dulzor pegado a la piel
y los labios cubiertos de azúcar.
Me hice adicta a su sabor,
una yonki de sus besos,
perdida en la deliciosa tentación
que escondía en el pozo del deseo.
Ahora vago perdida y sin rumbo
buscando otra dosis
que edulcore mi vida,
que me permita seguir flotando
en el almíbar de alguna piel.
Diabética de anhelos,
sigo buscando otros labios
sabor caramelo.
Ana Centellas. Marzo 2021. Derechos registrados.


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