
La victoria del corazón
De la vida aprendí
que solo sobreviven los más fuertes,
que no hay sitio para aquellos
que son débiles de corazón,
de alma,
de espíritu.
Que las hostias solo rebotan
en los músculos más duros
y que vienen a caer
sobre el mullido colchón
del blando de corazón.
Que la bondad y el silencio
no se leen como virtudes,
sino como extravagancias
de aquel al que llaman raro
y que no se supo integrar.
Pero también aprendí
que dentro del silencio habitan
siempre todas las respuestas
y que el arma más eficaz
siempre es la compasión.
Que puede que las batallas
sean ganadas por las balas,
pero que, al final, la guerra
siempre, siempre,
la ganará el corazón.
Ana Centellas. Agosto 2021. Derechos registrados.


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