
Feliz vida
Acaban de sonar los cuartos. Millones de personas, expectantes, se agolpan frente a los televisores, en las calles y plazas, mientras sostienen entre los dedos la primera de las uvas que, según la tradición, les traerá buena suerte a lo largo del año que está a punto de comenzar.
Silvia también los ha escuchado, pero sus dedos no sostienen una de aquellas venturosas frutas. En su lugar, se aferra con fuerza a la mano de Sergio que, con sumo cuidado y mucho cariño, le retira unas gotas de sudor que se habían acumulado sobre su frente.
¡Don! La primera campanada retumba en todos los hogares. La primera de las doce uvas se apresura a adentrarse en los nerviosos paladares. Silvia la escucha, grita y Sergio sostiene su mano con más fuerza aún.
¡Don! Silvia ya no puede escuchar la segunda campanada que mantiene en vilo a toda la población mundial. Ni siquiera Sergio, a su lado, presta atención al comienzo del nuevo año.
¡Don! ¡Don! La tercera y la cuarta campanada se suceden siguiendo con precisión el ritmo marcado. Algún que otro ya se ha atragantado con las uvas. Silvia resopla y Sergio la observa con expectación.
¡Don! Un nuevo alarido de Silvia eclipsa el sonido de las campanadas. Ni siquiera escucha las palabras de ánimo que Sergio le dedica muy cerca del oído.
¡Don! ¡Don! Más de uno ya ha desistido del intento de comerse las uvas al son de los campaneos. Silvia se relaja un instante, que Sergio aprovecha para depositar un suave beso en sus labios.
¡Don! ¡Don! ¡Don! Todo el mundo se apresura en la recta final de la cuenta atrás. Silvia se siente partir en dos y Sergio no sabe si podrá aguantar más la espera.
¡Don! Un hormigueo recorre los estómagos de millones de personas en el mundo. Silvia da un último grito de desesperación.
¡Don! Por fin, la última campanada deja su eco en un año que ya se ha marchado. Todo el mundo se pone en pie y millones de gritos de alegría se escuchan en la noche. Un coro de voces se une en la distancia al grito de “¡Feliz Año Nuevo!” Silvia, finalmente, se relaja. Suelta la mano de Sergio para tomar en brazos a su hijo. “Feliz vida, cariño”, dicen al unísono unos ilusionados papás.
Ana Centellas. Noviembre 2021. Derechos registrados.


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Así quisiéramos que fuera en realidad. Un anhelo latente en muchos corazones después de haber superado este año tan complicado. Saludos Ana. Que sigas disfrutando de las Navidades. un gran abrazo.
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