
Por arte de magia
Le fue creciendo la ilusión, como un par de alas que le brotaran de la espalda. Volvieron a brillar sus ojos con la suave incandescencia que envuelve siempre a la esperanza. Encontró de nuevo la magia que había creído perdida, escondida en cada gesto, en cada mirada, en cada palabra y en cada amanecer.
Se le notaba en las manos, en la mirada encendida, en la sinuosa curva de su sonrisa y en el timbre aflautado de su voz, sembrada de alegría. La ilusión invadió su ser y, con ella, como por arte de magia, volvió a ser niño otra vez.
Ana Centellas Noviembre 2021. Derechos registrados.


Precioso. ¡Bendita ilusión!, es la que da vida a los años.
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¡Y tanto! Un fuerte abrazo
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