
El éxodo de Tiaré
Me llamo Tiaré, una niña de diez años que vivía feliz, junto con mi familia, en el atolón de Tarawa, una bella zona del archipiélago de Kiribati, en el Océano Pacífico. Y si digo que vivía feliz, en pasado, es porque, desde hace tiempo, el océano, ese maravilloso océano que siempre he adorado, parece haberse enamorado de nuestra isla hasta querer quedársela para él.
Durante un tiempo quise odiarlo. Cómo podía ser tan egoísta como para querer arrebatarnos nuestro hogar. Pero no puedo hacerlo. Lo amo. Y más sabiendo que su comportamiento no es injustificado, sino que somos los propios hombres los responsables. Solo nosotros hemos sido, con nuestros actos, los causantes del cambio climático que obliga al mar a avanzar sin pausa.
Perderemos nuestro hogar. Lo sé. Pero, adonde quiera que la vida nos lleve, seguiré amando al planeta y cuidándolo por encima de todas las cosas. Tan solo me pregunto, ¿alguien más lo hará? ¿O continuaremos permitiendo que estas cosas sucedan? Sé que yo tengo derecho a vivir, pero ¿tiene la Tierra derecho a morir?
Ana Centellas. Octubre 2021. Derechos registrados.


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