
Marejada
Hay veces que te pesa el alma
como si fuese de plomo
y, de forma inevitable,
te arrastra a las profundidades,
turbias,
de mares desconocidos.
Ya no hay un puerto de amarre
donde atracar la sonrisa
y se rompieron los cabos
luchando con la marea
que te conduce hasta el fondo
de algún abismo insondable.
No hay nada que puedas hacer,
salvo quedarte a merced
de las recónditas aguas
y viajar a la deriva
a un mundo que no es el tuyo.
Sumergido en la tristeza,
buceando en soledades,
nadar a contracorriente
no se muestra como opción
para escapar del destino
que te aleja de la orilla.
Solo te queda esperar
a que una grieta se abra
en el foso infranqueable
y que el mar
y su oleaje
se vayan por el desagüe.
Ana Centellas. Diciembre 2021. Derechos registrados.


Qué bien expresados los sentimientos! Aceptar, resistir y esperar acaba llevando al triunfo. La marea que avanza siempre retrocede y el resistente se convierte en vencedor.
Me gustaLe gusta a 1 persona