
Allá donde muere el sol
Si tuviera que esconderme
en algún lugar, del mundo,
buscaría un rinconcito
donde tú pudieras verme.
Donde tú me disfrutaras,
y yo disfrutará de ti,
de tus besos, de tus risas,
de tu dulce aroma a jara.
Si tuvieras que buscarme,
te iría dejando pistas.
Soltaría de mí versos
para que puedas hallarme.
Versos que son pedacitos
de este corazón tan frío,
perdido por el camino
de humillaciones y gritos.
De este corazón que aún duele,
por mucho que pase el tiempo.
Lo iré soltando en pedazos,
mala hierba nunca muere.
Recoge mis pedacitos,
haz un puzle con sus piezas
y ve siguiendo mi rastro,
arma mi corazoncito
Por eso quiero esconderme,
porque el corazón aún duele.
Por no volver a sufrirlo,
no dudaría en perderme.
Pero no quiero irme sola,
ven conmigo, te lo ruego.
Quiero fundirme en tus brazos
y mecerme con tus olas.
Si tuviera que esconderme,
no dudaría jamás
en hacerlo allá,
en ese justo lugar,
donde el sol
cada día siempre muere,
entre la tierra y el mar.
Ana Centellas. Agosto 2017. Derechos registrados.


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