
Descafeinado
Nos quedaron tantos besos en el aire,
tanto abrazo suspendido
tras el cierre de función.
Se nos olvidaron las ganas
de compartir la colada,
separamos por colores
y tanto se nos fue la mano
que el filtro nos alejó.
Tantas palabras perdidas
no salieron de los labios
y solo el eco quedó.
Y en la vida solo se oye
el silbar de la cafetera,
desidia descafeinada
que, a sorbos,
solo me la tomo yo.
Ana Centellas. Enero 2021. Derechos registrados.

