Demasiado tarde Todas las mañanas, desde hacía casi dos años, iba a desayunar a la misma cafetería. Le gustaba sentarse en la mesa del rincón, la que estaba más alejada de la puerta y de la barra, donde gozaba de una cierta intimidad que le parecía relajante. Al mismo tiempo, tenía una vista privilegiada delSigue leyendo «El relato del viernes: «Demasiado tarde»»